El fotógrafo Kevin Carter se suicidó poco tiempo después de recibir el premio Pulitzer por una fotografía que hizo en África donde un buitre parece acechar a un menor hambriento. Aunque el lugar común ha sido achacar el motivo del sucidio del fotoperiodista por el remordimiento, el dilema ético es mucho más complejo y el contexto del caso merece una revisión más minuciosa de los hechos y situaciones que llevaron a Carter a terminar con su propia vida.